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sábado, 16 de abril de 2011

Articulo del otro mundo

ESPIRITUS DE TODO A CIEN

Las pasadas navidades me vi envuelto en un suceso bastante curioso; fuimos invitados a una cena,en casa de unos conocidos, a ella me encaminé con una botella de vino debajo del brazo,como regalo para los anfitriones; al mismo tiempo que nosotros, llegaba otro comensal con un paquete, como si de un cuadro mediano se tratara. La anfitriona apenas se fijó en la botella de vino que traíamos nosotros (y mira que era de las buenas), muy excitada deslió el paquete del otro, celebrando con muchos zaragata el regalo: Un tablero guija, de colores oscuros, con signos esotéricos y todas las letras del alfabeto en estilo gótico, repartidas en forma oval por todo su superficie, en la parte superior izquierda un sol con la palabra SI y en la derecha una estrella junto a la palabra NO. Pregunté por estas dos respuestas y se me contestó con desprecio que era para hacerle más fácil la conversación al espíritu, asease lo que viene siendo taquigrafía para fantasmas, se ocurrió comentar, lo cual despertó en la concurrencia bufidos como de andar sobrados en esto de los fantasmas y espíritus, opté por callarme y no preguntar más sobre el tema. Por las velas de todos los olores que tenia la dueña de la casa por todos sitios el tema el espiritismo era el centro de la vida de esta mujer, miré el reloj tratando de calcular cuanto podía durar aquella emboscada de cena. Todos los acólitos, con la anfitriona a la cabeza, estaban muy puestos en eso del mundo paralelo, de la cuarta dimensión y cosas parecidas. Desistí de seguir el hilo de las historias que contaban y me dedique a hablar con el comensal de al lado,con la misma pinta de perdido que mi mujer y yo; por lo bajini comentábamos las gilipolleces que se les ocurrían a aquellos equilibristas del mas allá. En los postres un listillo, con pinta de acolito de Belcebú, preguntó a la dueña de la casa si luego iba a estrenar su nuevo tablero; haciéndose esta la interesante y dándole largas. No podía disimularlo mucho rato, estaba aspaica por agarrar aquel artilugio y echarlo a andar. No bien hubo terminado la cena, automáticamente se montó la timba espiritual en la mesa del cuarto de estar, una mesa redonda donde se sentaron algunos comensales que rápidamente repartieron consignas sobre los otros cuatro, que observábamos aquello con cara de coñones: ¨Si vais a reíros esto no funcionarᨠ, argumentaron los jugadores muy ofendidos. Después de prometer que íbamos a estar formalicos, comenzó un rito de invocación, al momento el vaso empezó a dar bandazos de un lado para otro, mientras uno hacia de escribiente juntando las letras que iban saliendo en el tablero. La dueña hacia una pregunta y el vaso corría por el tablero como si fuera un moscardón perseguido por un manojo de dedos (uno por barba) de aquellos artistas del conjuro.
¿Cómo te llamas? M-a-n-f-r-e-d, ¿Quién eres? P-a-s-t-o-r, ¿De donde eres? P-o-m-e-r-a-n-i-a.
Las caras, ¡¡esas caricas¡¡ como enterándose. ¡Tiene cojones¡ ¿Dónde esta Pomerania? ¡A esto deberían de jugar con un GPS¡ pensaba yo, mirando a la parienta que en ese momento se arrebujaba contra el quicio de la puerta acojonada, haciéndome señas de rentoi para que nos largáramos de allí. El vaso se puso en marcha otra vez; ahora el que tomó la iniciativa fue el tal Manfred, el supuesto espíritu, preguntando una cosa pintoresca: ¿Dónde están mis ovejas? Cada vez que la jefa del juego le preguntaba por algo, el tío volvía a preguntar por sus ovejas. Al cabo de un rato, la tía cabreada cortó la comunicación con el pastor esnoclao, este no tenía ni un pase más. Nada mas soltar el vaso se pusieron a elucubrar sobre el misterio del tío de Pomerania como si supieran ,siquiera, donde cae esa región. En el segundo intento la cosa prometía: Los plomillos de la casa saltaron, nos quedamos a oscuras, alumbrados por las pestilentes velas. Al momento achacaron el apagón a una presencia muy fuerte; hasta que se oyó una voz en cocina comentar que tenía que arreglar un falso contacto del lavavajillas. No se amilanaron con el patinazo que habían dado, después de poner unos plomos y desconectar el electrodoméstico siguieron provocando a los espíritus: El vaso salio a escape buscando una letra detrás de otra formando la palabra f-r-i-o, la tía emocionada venga a decirle: ¡Manifiéstate¡ , como si se tratara de un adiestrador de perros, le ordenaba al fantasma que se apareciese; este llevaba el vaso hasta la palabra NO y luego se paraba como diciendo : me apareceré cuando me salga de la punta del plasma (o similar) .Solo se desbloqueó el vaso para preguntar por enésima vez ¿d-o-n-d-e e-s-t-a- n m-i-s o-v-e-j-a-s?
No me pude resistir, cuando salíamos por el portal, aliviados de haber escapado de aquella mierda de reunión; toqué el timbre del portero automático…. ¿Quien es?, la voz de la dueña de la casa; era lo que yo estaba esperando: Soy Mamfred, el de Pomerania, ¿Habéis visto unas ovejas sueltas por ahí? No hubo contestación, solo se oyó el chasquido violento al colgar el interfono con mala leche, mi parienta, me arreó un codazo, se agarró a mí y nos fuimos a nuestra casa sin piar en todo el trayecto.
Pomerania es una región de Polonia.
(Articulo publicado en Mucho deporte en 1998)

3 comentarios:

  1. Y la ouija esta venía con Google Translate también, no? Para traducir del polaco al español :P

    Un saludo, vecino :)

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  2. jajaja que bueno,Rafa.Siempre te pasa algo singular. ;-)

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