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viernes, 26 de octubre de 2018


Obra maldita

La provocadora y  desafortunada  frase de una política, sobre lo listos que son los niños de una comunidad (Castilla León)  con respecto a los andaluces, has sido el principio de una polémica muy útil para el sarao político. Ofensores y ofendidos, las dos Españas, han sacado las facas verbales y se han dado navajazos sin miramiento ninguno. El comentario no ha tenido ni un minuto de atención por parte y parte, es decir, nadie ha comprobado la  aseveración de la ex ministra, por si estuviera atinada, vaya usted a saber. Pero claro, admitir que el encuadre está cerca de la realidad, compromete a los políticos en el poder y al temible corporativismo que rápidamente ha levantado los brazos, demandando offside del contrario. Pero hete aquí que mi compañero Miguel González nos enseñó una clasificación donde nuestros peores augurios se confirmaban, estamos a la cola de casi todo, comprensión lectora incluida. El ruido de los que tienen mucho que esconder, no deja pensar en la razón de la situación: casi de tercer mundo. Los lamentos por tener una mierda de ley de los enseñantes, dan para muy poco teniendo en cuenta que Castilla León tiene la misma. El discurso corporativista, suena a excusa de mal pagador, algo tendrán que ver ellos, individuo a individuo, en que los infantes andaluces  no desarrollen su comprensión lectora, no todo va a ser culpa de la ley, la soldada se la dan, mientras no se demuestre lo contrario, por instruir niños. Leyes de mierda aquellas, las impuestas por la dictadura,  con el conocimiento contaminado, la violencia y el maltrato en las aulas (ríete tú del bulling) unas infraestructuras del siglo XIX y un sinfín de impedimentos económicos. Entonces la ley amparaba una máquina de picar carne a ritmo de la frasecita: ¨Quien bien te quiere te hará llorar¨. Así y todo, con una vida docente asfixiante, había gente comprometida con la enseñanza, personas que dejaron en nuestra generación un poso para todas nuestras vidas. Nunca se quejaban delante de nadie (al que asomaba la cabeza se la cortaban) pero hacían su trabajo de una manera abnegada, utilizando, probablemente peores conocimientos que los actuales, sacando a la gente del analfabetismo, una lacra que se daba por desaparecida pero de vuelta  a ritmo de reggaetón, ayudada por el escaso compromiso de algunos. Supongo yo, que el espíritu de aquellos viejos maestros nacionales, pervivirá en muchos corazones de los docentes de hoy. Pero habría que hacer mucho más por revertir resultado tan desastroso. No me resisto a poner aquí la frase de Heinrich Heine: Un amigo me preguntaba por qué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije: "Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión". Pues eso: Menos samba y más trabajar.

martes, 9 de octubre de 2018


TRIPLE MORAL

Desde hace tiempo, observo las redes sociales, como se exponen casos de perritos abandonados, pidiendo asilo en casas de buenas gentes dispuestas a  darle un hogar. Mola lo de ser animalista, siempre con  animales  irracionales, de los otros no. Pocos anuncios diciendo que hay refugiados, cada uno con su historia de privación y miseria,, esperando encontrar un sitio en el primer mundo. Mola dar casa a un perro, a un refugiado ya no tanto. El acervo popular habla de facinerosos, subidos en  pateras, esperando violar, robar y aprovecharse de un sistema laxo que les de comida, vivienda y hasta un coche. Mientras, permanecen en  recintos, pacientes, soportando humillaciones, esperando su oportunidad de ganarse un lugar para sí y para su familia en Europa. Porque a eso vienen, a competir por el trabajo, el mercado y lo que sea menester, huyendo de la ruina más absoluta llegan hasta aquí. No es difícil deducir,  con las privaciones que han pasado, están dispuestos a trabajar en cualquier cosa y a cualquier precio. Comenzaran su sueño europeo, como los mexicanos comienzan el suyo en América, por abajo. Por cierto, mexicanos inmigrantes ilegales, que son muy simpáticos entre los mismos que reniegan de los negros de las pateras; Es enrollado hablar de lo mierda que es Trump con su muro, para al rato, pontificar que algo tenemos que hacer con el aluvión de moros y negros que llegan a nuestras costas. Este mundo, educado en el proteccionismo del  difunto  dictador y  conservado por los siguientes gobernantes, no está preparado para hacer frente a la competencia. Hemos estado  dando de comer a generaciones de ninis, primeras  victimas arrolladas por la multitud de ingenieros, rebajando su caché, parar entrar en juego, quitando el trabajo al eslabón más débil de la cadena: Gente que en su momento eligió, no hacer nada como modo de vida y se lo permitimos,  probables candidatos a vivir del subsidio de por vida mucho antes que los de la patera . Pero es solo el principio, más adelante comenzarán a escalar hasta donde puedan, se lo habrán ganado con el sudor de su frente. Son fuertes, saben lo que es pasarlas putas y sobrevivir, están vacunados contra el dolor de corazón, tiene un objetivo y van a luchar por conseguirlo. Las rigideces del mercado laboral serán un acicate para que escalar más rápido, arriesgando más que cualquier español.  Lo que nosotros estamos comenzando a experimentar, llevan visualizando los americanos decenas de años, era gracioso criticarlo por su escasa moralidad,  nosotros éramos muy listos y los yanquis tontísimos. Se acabó el tiempo de las lecciones de moral, la única manera de sobrevivir en el mundo que viene, será agachar la raspa y pelear por cada puesto de trabajo, sin esperar que el papá sindicato, patrón o estado, te saque las castañas del fuego, la competencia será individual, uno a uno.  Camarón que se duerme, la corriente se lo lleva, dice el refrán. Tened en cuenta que algunos camarones de los que vienen ya han atravesado el Mediterráneo juzgándose el bigote, así que miedo no les va a dar apretar los cojones. Por la punta, llega lo que en otros lados viven con normalidad y que nuestra sociedad xenófoba no asume: El mestizaje, a mezcla enriquecedora y vivificante de razas y culturas.   Eso que da tanto asco ahora pero que  era buenísimo cuando lo hicimos nosotros en 1492, en las Indias Occidentales. La moral no es un traje de quita y pon, por muy estrecho que te esté.    

jueves, 4 de octubre de 2018


LA CUENTA DEL VIEJO



A vueltas con las pensiones todo el día en los medios de comunicación, declaraciones airadas de los miembros de las clases pasivas de este país. Se ha formado un verdadero lobby  con la gran bolsa de votos que suponen millones de personas sostenidas por el erario público, dicho esto en sentido literal. El dinero de las pensiones, forma parte de una importante partida de dinero del total de los presupuestos generales del estado. Hace unos meses se hicieron manifestaciones pidiendo subidas de todas las pensiones, los sindicatos se pusieron a la cabeza de dichas manifestaciones, haciendo de interlocutores justicieros, en demanda de mejor salario para los jubilados. Nadie parece caer en la cuenta de que cualquier dispendio a favor de unos lo pagan otros, dándose el caso curioso que la renta de los hijos y nietos tendrán que sostener la reparación del daño, detrayendo de otras partidas y desviándolas en la dirección de la bolsa de las pensiones. Es decir que habrá miles de kilómetros de carreteras y demás infraestructuras que tendrán que dormir el sueño de los justos, en espera de mejores tiempos porque el dinero cogió otro camino. La mala noticia es que los hijos y los nietos tendrán peor vida que los abuelos. Tengo sesenta y dos años, debiera de defender la postura contraria, pero tengo dos hijos y me viene mi primer nieto de camino; Me da vergüenza hacer una pelea sindical para que mi pensión se revalorice por encima de otras necesidades sociales, entiendo la otra visión, pero definitivamente no la comparto.  Desde hace muchísimos años (no se la cantidad exacta) escribo esta columna, haciendo uso de mi derecho a la disidencia, alguna vez me he llevado un restregón por emitir opiniones contrarias a la corriente principal, esta vez, probablemente será una de esas tantas. Me parece un mal ejemplo de conciencia social presionar para que las pensiones suban, como si fueran una fuente de producción, porque si bien hay algunas decenas de miles de pensiones mínimas (esas ya debieran estar subidas), el resto quiere una subida de sueldo y de renta, cosa que matemáticamente es imposible. Ya hay gente que ha cobrado más años de pensión que tiempo trabajado, cada vez se agudizará más el problema  por el constante envejecimiento y la falta de nacimientos de nuestra sociedad. Si no se para alguna vez, nuestra muerte económica pasará por un país empobrecido sin infraestructuras pero pagando  vacaciones del Imserso y subiendo las pensiones a ritmo de ipc. Y yo a eso no me apunto, por muy viejo que me este poniendo.

martes, 2 de octubre de 2018


Pureza de Sangre

Hubo un tiempo oscuro, en el cual  ser de derechas era lo bueno. Todo lo que hacías estaba bien, los que cometían tropelías eran los de izquierdas, englobados todos en el término ¨rojos¨. No había distinción en la clase maldita, los rojos eran  malísimos. Aquel tiempo se fue y  llegó la democracia, tiempos de alegría y reconciliación o por lo menos esa era la aspiración en un principio. Pero la tercera ley de Newton comenzó a trabajar en contra de la sociedad (Para el que no la recuerde: ¨para cada acción existe una reacción igual opuesta¨). El término de izquierdas se acuñó como aval de perfección en el pensamiento, palabra y obra. Los  nostálgicos de la derecha quedaron englobados en el término fascista,  ahora les tocaba a ellos ser los malos malísimos sin distinción de clase. El progreso, el desarrollo, la justicia social, los bienes del pueblo, las obras públicas etc. eran obra de los de izquierdas de toda la vida. Esto no es de ahora, la enfermedad comenzó en el tiempo de los reyes católicos y sus herederos. Las expulsiones de moriscos y judíos fueron el detonante de un estilo de vida que nos persigue desde entonces: En ese momento hizo su aparición, el término cristiano viejo; Aval  de bondad, aunque fueras un hijo de la gran puta pregonado, todo estaba correcto si eras cristiano viejo. Los sospechosos de no tener pasado cristiano eran mirados con lupa y denigrados por sus creencias.  No hemos aprendido nada, los que hoy se las dan de progresistas tienen los mismos tics que los que antiguamente se vanagloriaban de ser gente de orden. Mi padre, en los  tiempos oscuros, nos enseñó a mantenernos alejados de aquellos discursos rimbombantes que condenaban la mitad del pensamiento en favor del suyo, o pensabas como ellos o eras el enemigo. Nunca podré agradecer bastante a mi padre y otros tantos, que  mantuvieron un criterio más alto que los  que se ponían camisas azules y chaquetas blancas (Curiosamente algunos de escritores y políticos, muy activos en la dictadura, hicieron discursos amnésicos con su pasado sin ningún pudor justo cuando cambió el viento) En la actualidad el pensamiento único ha cambiado de acera aunque sigue dominando nuestra sociedad. Si eres progresista, de izquierdas eres un alma pura, es la verdad incuestionable. Nadie de izquierdas ha robado ni se ha llevado nada que no fuera suyo, han salvado a los pobres trabajadores de los empresarios y nunca han hecho nada que no fuera en beneficio de los demás. Con el tiempo, lo publico acabó incluyendo cuñados, primos, chóferes consortes etc. la verdad social de la izquierda buenísima cambió de decorado, quedando claro que  la corrupción no va por partidos sino por personas. En todo tiempo y lugar ha habido personas entregadas a los demás, probablemente en la misma proporción que facinerosos, con la salvedad de que podían, en ambos casos, ser de izquierdas de derechas o medio pensionistas. Pero la clase política, desde los reyes católicos, prefiere  vivir en la teoría de la pureza de sangre y perpetuarse en el poder, porque los míos son puros y los otros no. Resulta enternecedor, si un fuera un sarcasmo, oír los  argumentos de una ministra: No todos somos iguales, yo soy de izquierdas. Oiga y parece que no pasa el tiempo.