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jueves, 12 de noviembre de 2015

RESCATE K-9

Mi amigo, Antoñico Rincón, dice que encontrar a mi pastor alemán, Rex, en el contendor, junto a mi tienda,  ha sido una bendición para mi salud y es verdad. Por puro azar lo hallé, por la misma razón descubrí que tenia cualidades para trabajar y por pura chiripa fuimos encontrando gente que nos enseñó  a los dos, perro y guía, la técnica del rescate de personas. Hoy en día ya hemos estado en  activaciones reales,  así como  en un sinfín de simulacros, los cuales, nos han preparado para todo el protocolo de búsqueda y rescate. Somos un binomio hombre-perro bastante atípico (Un pastor alemán no es el perro ideal para el rescate, el pastor belga Malinois es la raza mas común por su funcionalidad y carácter y que decir de un guía que tiene mas años de la cuenta).  Con estos mimbres hemos construido un equipo que funciona, el corazón del perro y la paciencia del viejo, así somos. La búsqueda de personas no es solo un perro que busca y un guía que observa. La información es vital para comenzar el trabajo y finalizarlo con garantía. Los datos del desaparecido son básicos, su condición física y mental, el punto donde se le vio por última vez  etc., todos los detalles son buenos para configurar un perfil de la persona a buscar y así elegir el terreno más probable para su localización. Por desgracia, la búsqueda de cadáveres es otra variante a la que hemos dedicado horas de practicas, en este caso también es necesario configurar un perfil y un origen donde comenzar a buscar. La misión de una unidad de rescate es eliminar grandes espacios de terreno, al objeto de  restringir  la superficie de  búsqueda al mínimo. Ese es el trabajo real de un equipo de rescate, reducir el terreno, muy pocas veces las búsquedas son positivas (encontrar la victima). Para que el animal no se defraude y se aburra, se le hacen encuentros sorpresa con victimas ficticias que le entregan su mordedor, recuperando en el acto, energías para continuar con el trabajo. Los perros tienen un límite físico de búsqueda y el guía debe fijarlo. Muchas horas de entreno, juntos, hacen que este detalle sea importante para conservar en el perro la ilusión  por encima del resultado. La vida me ha cambiado desde que nos encontramos, pasamos  los días juntos: En la tienda esta siempre alrededor mío. Las tardes de la semana que puedo, nos vamos al campo a entrenar, buscar a algún amigo que previamente se ha escondido o simplemente a andar. Los  fines de semana paseamos, la parienta  Rex y yo, por la vega motrileña, tomamos café en alguna terraza y vemos la vida pasar tranquilos, esperando la siguiente vez en que nos llamen y poder ser útiles. Si, Antoñico, la suerte existe, para hombres y para perros. Mientras escribo, Rex  duerme plácidamente a mis pies, atrás quedan los tiempos  de miseria y  dolor, pasados en la calle, tirado en el contenedor por aquel hijo de puta. Descansa  tranquilo compañero, este es nuestro sitio.