Vistas de página en total

lunes, 11 de junio de 2018



COSAS DE PERROS

Las perreras están llenas de fracasos de convivencia entre personas y perros. Ladridos histéricos de animales enjaulados, desorientados, bofetadas a una sociedad fracasada. El capricho de traer un perrito a casa, sin meditarlo, es un mal plan, con muchas posibilidades de que la cosa no acabe bien. La familia y no uno de sus elementos, adquieren una obligación que se extenderá durante toda la vida del perro. No vale que un individuo quiera un perro, el resto de la familia tiene que estar de acuerdo en colaborar ayudando en lo posible. En la inmensa mayoría de los casos, la aceptación de este compromiso se hace por mayoría simple, con algún voto en contra, siendo poco frecuente el compromiso de todos los que viven bajo el mismo techo. Este detalle hace que el perro sea motivo de tensiones por aquello de: ¨Yo no quería perro¨. A tener en cuenta, con la llegada del perro un detalle importante: Los perros mean y cagan y lo hacen todos los días. Un perro viene con cagadas y meadas de serie, cuando los humanos nacemos nos cagamos y meamos en los calzones, como poco, durante el primer año. Tu mama te quita la majada del pañal y encima te ríe la gracia, oliendo a mojones encendidos, pero mama no le importa, te hace cucamonas mientras te limpia el culo, las ingles, poniéndote crema en las partes pudendas. Y así hasta la próxima cagada, a nadie se le ocurre regañarte, limitarte las veces, ni mucho menos darte de periodicazos en la cabeza cada vez que te meas o cagas. Pero con los perros la cosa cambia, hay una leyenda mediante la cual puedes educar a tu perrito de tres meses (un bebé) para que haga sus necesidades las veces tú digas, cuando tú quieras y donde a ti se te antoje y encima  nos tiramos el pisto de que hemos adiestrado a nuestro perro. Ahí empieza la primera lección de humanidad del animal al desalmado que no hace nada por entenderlo. Por razón de mi actividad en la unidad canina, he visto muchos perros infelices, esforzándose por  entender a un amo que tiene una idea absurda de lo que debe ser el adiestramiento, también conozco las caras de los que ya han desistido de echarle cuentas a un amo al cual nunca entenderán . Hay distintos baremos para enfocar la educación canina, basados todos en para lo que tú quieras el perro. No es lo mismo lo que debe que aprender un perro de rescate que un perrito de compañía, aunque ambos deberán tener comportamientos y sociabilidad similares, la exigencia no es ni parecida. Mi recomendación es que cuando alguien quiera tener un perro se deje asesorar por algún entendido sobre raza o posibilidades de adoptar y luego  fije el objetivo de enseñar a su perro a convivir con personas y otros perros. En algunos ayuntamientos existen parques caninos donde se enseña educación canina para la convivencia. En Motril lo único que hay son descampados, así nos va.