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miércoles, 13 de junio de 2012

EL PANTEON DE LOS PATRIOTAS

En una reciente visita  a París estuvimos viendo el Panteón, lugar que alberga las tumbas de los padres de la patria franceses, personalidades destacadas de su historia, así como distintas listas de héroes que entregaron su vida por sus ideales. Siento fascinación por el tradicional chauvinismo francés, la conciencia de la misión nacional, esa fuerza que los impulsa a  sentirse como una unidad en las derrotas y en las victorias, todo lo suyo es bueno y lo demás es una basura, no lo llego a entender y supongo que por  eso me llama la atención. El Panteón representa el  homenaje del pueblo francés  a sus ancestros, con todos sus defectos y virtudes, lo suyo es lo suyo y lo guardan con primor en sus catacumbas. Dentro del recinto hay que guardar  silencio, reclamado cada cierta distancia por  personas que vigilan para que todo este en orden. Al viaje íbamos con mi compadre Rafael Feriche y su parienta, este nunca había estado en París y se mostraba  asombrado del imponente edificio, después de ver el péndulo de Fucault, en la nave central, bajamos a las catacumbas,  allí pudimos contemplar las tumbas de personajes históricos (Jean Moulin, Marie Curie, Voltaire, Luis Braille, Rousseau, etc.) Cuando subíamos, buscando la salida, me agarró mi compadre del brazo y me dijo al oído: ¨Compadre esto esta muy bien, pero en España si tuviéramos que enterrar a los héroes de la patria en un Panteon de estos, los únicos que iban a poder estar serian Nadal, Iniesta y Miguel Indirain, con el  resto no habría cojones , por falta de quorum¨ .Solté una carcajada y al momento vino uno de los bedeles con cajas destempladas, echándonos un rapapolvo por el ruido, salimos de allí escopetados. Nos sentamos en las escaleras de la entrada a esperar  a las parientas, estas  hicieron lo que hacen las personas inteligentes, pusieron cara de: A estos no los conocemos de nada, descolgándose traicioneramente de nuestro pleito con el bedel. Al salir ellas, nos fuimos a un parque cercano a comer los bocadillos del almuerzo, sentaicos, ya  mas tranquilos, pensé en  lo que decía mi compadre, era totalmente cierto. Los pueblos de España están atestados de tumbas desconocidas con héroes de la patria, científicos, artistas y hombres de bien. De algunos ni siquiera se sabe su lugar de enterramiento o se han perdido sus huesos, estamos incapacitados para  guardar la memoria de valores patrios a los que poder aferrarse cuando las cosas vienen mal dadas, algo que transmitir a nuestros hijos como sostén en  tiempos tenebrosos. Pero somos caines de manga ancha , empeñados en reescribir la historia hasta que cuadre con lo que nos viene bien, todo esta en contra nuestra, nunca cambiaremos,  infectados por un virus envidioso y con muy mala leche,  este engorda alimentándose  en  nuestras tabernas y cafés, con maledicencia y mala baba, hemos perdido siglos puteándonos entre nosotros, sin ayuda exterior. Recordar, como ejemplo,  a D. Gonzalo Fernandez de Córdoba, el Gran Capitán. Construyó  un ejercito moderno y conquistó un reino para el rey Fernando el católico, este, en pago, prestando oídos a la corte envidiosa, le  pasó una inspección de hacienda. No me resisto a consignar la famosa contestación a tan desagradecido monarca: Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados. Excuso decir, porque es historia, la cantidad de hostias que se llevó el autor de la carta, a la sazón uno de los militares mas victoriosos de todos los tiempos. Así somos nosotros.

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