INDIGNADOS, NADA MAS

INDIGNADOS PERO NO IMPUTADOS
Esto de ser disidente hace que todo te lo plantees con curiosidad, huyendo de los prejuicios. Hasta el jueves pasado, todo lo que sabia de la concentración de la Puerta del sol era lo que decían las televisiones. Algo no cuadraba, la reacción de los partidos iba desde el desprecio mas absoluto hasta la adhesión inquebrantable, olían sangre y seguían el rastro de los votos, unos para cazar los que pudieran y otros para no perderlos, la curiosidad me picaba tanto que decidí irme el viernes y ver en directo, lo que realmente estaba sucediendo. A las once de la noche, víspera de la jornada de reflexión, me adentré en el campamento montado alrededor de la estatua de Carlos III, en esos momentos se esperaba algún intento de desalojo por parte de las fuerzas de seguridad, que luego no se produjo. La visión era impactante, miles de personas de toda edad y condición, mezclados en una actividad cívica como jamás había visto, lejos de esa explicación perversa de que allí solo había cuatro gatos, rodeados de curiosos. Muchísimos corrillos de jóvenes y personas mayores hablando entre ellos, intercambiando opiniones, a veces con pasión, en una atmósfera de concordia. Reseñar que no escuché en toda la noche un solo himno, ni canción corporativa, solo consignas abominando de todo lo que la clase política y económica nos ha venido haciendo durante años, lamentando el estado de cosas y las malas practicas de los poderes fácticos. Naturalmente, no todo lo que se oía era bueno, el porcentaje de paridas era importante (no muchas mas que las que se oyen en cualquier parlamento), el clima de tolerancia era satisfactorio, salud democrática en la calle, intercambio de ideas, sin faltarle el respeto a nadie. Respeto, llevaban muchos jóvenes, en unas cintas alrededor de su frente y en carteles de diferentes tamaños. Pancartas con consignas románticas portadas por abuelas y nietos, padres e hijos, peticiones delirantes hechas por sus frikis correspondientes, mucha armonía, cero violencia, cien de tolerancia. Las informaciones que están suministrando los medios, vierten sombra de duda sobre quien manipula los hilos (ya saben, algún partido político, la extrema izquierda, el oro de Moscú etc.) parecen Mouriño en una rueda de prensa ,buscando el porqué de la situación, no quieren enterarse de que el decorado ha cambiado, fundamentalmente porque las redes sociales se han hecho sitio en la comunicación de ideas. Al coto cerrado, que era la vida publica, fácilmente manejable para el poder, le ha salido un poro, una pequeña vía de agua que se va agrandando. Facebook, Twiter y otras han abierto un espacio de comunicación, de ahora en adelante les va a costar controlar el caudal de información, por ese hueco se les escapa el poder a borbotones, esa es la vía que han explotado los indignados, como los llaman con desprecio. Pero estos solo siguen la senda marcada por otros indignados: Túnez, Libia, Egipto son su Plaza Tahrir, de estos si molaba hablar, peleando contra el poder central, derribando a un presidente; pero cuando esos mismos medios, son empleados en parar los pies nuestra casta política , la cosa cambia, ya no tiene gracia. Lo mejor, entonces, es descargar un camión de mierda y prejuicios sobre todo el que cometa la atrocidad de pensar por su cuenta, entonces vuelven a salir los fantasmas del pasado, con el viejo discurso de los izquierdistas que manipulan a los ciudadanos tontitos. Por toda la plaza, después de un impresionante minuto de silencio, el grito en treinta mil gargantas, sin mirones, todos a una: ¡¡Estos políticos no nos representan¡¡¡. Eso es lo que presencié el viernes, en consecuencia no me parece mal que la Puerta del Sol se llene de los llamados indignados, mucho peor es que las listas de todos los partidos estén llenas de imputados y a nadie se le caiga la cara de vergüenza. El martes ya sabremos quien gobierna el municipio, decirle que su victoria será efímera . Si en los cuatro años de mandato, no cumple con su programa, le pintan la cara, palabra de disidente indignado y a mucha honra.