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martes, 9 de octubre de 2018


TRIPLE MORAL

Desde hace tiempo, observo las redes sociales, como se exponen casos de perritos abandonados, pidiendo asilo en casas de buenas gentes dispuestas a  darle un hogar. Mola lo de ser animalista, siempre con  animales  irracionales, de los otros no. Pocos anuncios diciendo que hay refugiados, cada uno con su historia de privación y miseria,, esperando encontrar un sitio en el primer mundo. Mola dar casa a un perro, a un refugiado ya no tanto. El acervo popular habla de facinerosos, subidos en  pateras, esperando violar, robar y aprovecharse de un sistema laxo que les de comida, vivienda y hasta un coche. Mientras, permanecen en  recintos, pacientes, soportando humillaciones, esperando su oportunidad de ganarse un lugar para sí y para su familia en Europa. Porque a eso vienen, a competir por el trabajo, el mercado y lo que sea menester, huyendo de la ruina más absoluta llegan hasta aquí. No es difícil deducir,  con las privaciones que han pasado, están dispuestos a trabajar en cualquier cosa y a cualquier precio. Comenzaran su sueño europeo, como los mexicanos comienzan el suyo en América, por abajo. Por cierto, mexicanos inmigrantes ilegales, que son muy simpáticos entre los mismos que reniegan de los negros de las pateras; Es enrollado hablar de lo mierda que es Trump con su muro, para al rato, pontificar que algo tenemos que hacer con el aluvión de moros y negros que llegan a nuestras costas. Este mundo, educado en el proteccionismo del  difunto  dictador y  conservado por los siguientes gobernantes, no está preparado para hacer frente a la competencia. Hemos estado  dando de comer a generaciones de ninis, primeras  victimas arrolladas por la multitud de ingenieros, rebajando su caché, parar entrar en juego, quitando el trabajo al eslabón más débil de la cadena: Gente que en su momento eligió, no hacer nada como modo de vida y se lo permitimos,  probables candidatos a vivir del subsidio de por vida mucho antes que los de la patera . Pero es solo el principio, más adelante comenzarán a escalar hasta donde puedan, se lo habrán ganado con el sudor de su frente. Son fuertes, saben lo que es pasarlas putas y sobrevivir, están vacunados contra el dolor de corazón, tiene un objetivo y van a luchar por conseguirlo. Las rigideces del mercado laboral serán un acicate para que escalar más rápido, arriesgando más que cualquier español.  Lo que nosotros estamos comenzando a experimentar, llevan visualizando los americanos decenas de años, era gracioso criticarlo por su escasa moralidad,  nosotros éramos muy listos y los yanquis tontísimos. Se acabó el tiempo de las lecciones de moral, la única manera de sobrevivir en el mundo que viene, será agachar la raspa y pelear por cada puesto de trabajo, sin esperar que el papá sindicato, patrón o estado, te saque las castañas del fuego, la competencia será individual, uno a uno.  Camarón que se duerme, la corriente se lo lleva, dice el refrán. Tened en cuenta que algunos camarones de los que vienen ya han atravesado el Mediterráneo juzgándose el bigote, así que miedo no les va a dar apretar los cojones. Por la punta, llega lo que en otros lados viven con normalidad y que nuestra sociedad xenófoba no asume: El mestizaje, a mezcla enriquecedora y vivificante de razas y culturas.   Eso que da tanto asco ahora pero que  era buenísimo cuando lo hicimos nosotros en 1492, en las Indias Occidentales. La moral no es un traje de quita y pon, por muy estrecho que te esté.    

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