HISTORIAS DE PERDEDORES
Diez de la mañana del
domingo, con mi perro, Rex, en la parte de atrás de furgoneta, conduzco en dirección a la sierra
para pasear con él. Pasado el cruce de la Garnatilla, en unas curva muy pronunciada, diviso en el arcén
derecho un perrillo con una soga puesta,
echado en la carretera, se me mueven las entrañas, deduzco que ha sido abandonado. Continuo subiendo, con el cuerpo
cortado, llegamos hasta la zona donde están los aerogeneradores, a los pies
tengo todo el llano de Carchuna. Saco a Rex y comenzamos a andar por la
pedriza, tratando de que el perro mejore su condición física, hace un viento
infernal,no se me va de la cabeza el perro abandonado. Después de media
hora decido volver y recogerlo. Echo carretera abajo intentando localizar la
curva, en un pequeño recodo aparco el coche y me bajo, acercándome con precaución.
El perro es un cachorro de pastor de Brie, me recibe con gruñidos, esta hecho
una pena y mantiene una conducta defensiva. Calculo que lo han abandonado hace
unos días, probablemente fue el regalo de reyes de algún niño. Mientras cavilo
como acercarme sin que me muerda, andando por la carretera aparecen una mujer y una niña. Lo hemos visto esta
mañana y hemos pensado que tendría hambre y sed, me dice la mujer. En una bolsa
lleva una coraza de pollo y un tarro con agua, me ofrezco a acercarme con la
comida. En cuclillas, de espaldas para no desafiarlo y sosteniendo un trozo de
pollo, comienzo a alargar el brazo. Dejo caer el trozo sin violencia, el perro
lo olisquea y se lo come, el siguiente trozo lo sostengo en la mano, el perro
lo olfatea y se acerca tímidamente, se lo vuelvo a dejar, esta vez mas cerca.
El siguiente trozo lo come de mi mano, mueve tímidamente la cola, admite la
caricia y rebusca en la bolsa mas comida. Cojo la cuerda con la que lo tiraron
y le doy un poco de agua. La buena mujer me
cuenta que ya tiene cuatro perros en el cortijo de al lado y que no puede
hacerse cargo de otro, yo le explico que llevo uno en la furgoneta que no va a
dejar que este entre. La chiquilla me coge de la mano la cuerda que sujeta al
perro, su madre le dice que tenga cuidado. Mientras la niña lo sujeta, reviso
al cachorro, que resulta ser una hembra, el pelo sucio, enredado y la mirada
infinita que da el abandono. La cría tiene rasgos orientales,es china, supongo
yo, nada parecidos a los de su madre. En ese instante comprendo como va a
acabar la historia. La mujer duda, le propongo ir a Motril, dejar a mi perro y
volver a recoger a este para llevarlo al refugio. Pero ella ya ha tomado una
decisión, como solo una madre puede hacerlo, coge de la mano a la cría y me
dice que se le lo lleva. A ver como le explicamos a tu padre que tenemos otro
perro, le dice a la niña. Se despiden de mí y echan a andar en dirección al
cortijo. El perrillo trota alegre al lado de la niña, no puedo evitar un
sentimiento de emoción y de paz. No quiero acabar sin maldecir al cabrón que abandonó al perro,
autentico y miserable perdedor de esta historia y por supuesto dar las gracias
a la vida por presenciar tan buena acción de una madre y su hija. Dios os
bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario