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miércoles, 13 de enero de 2016

HISTORIAS DE PERDEDORES


Diez de la mañana del domingo, con  mi  perro,  Rex, en la parte de atrás de   furgoneta, conduzco en dirección a la sierra para pasear con él. Pasado el cruce de la Garnatilla, en  unas curva muy pronunciada, diviso en el arcén derecho  un perrillo con una soga puesta, echado en la carretera, se me mueven las entrañas, deduzco que ha sido  abandonado. Continuo subiendo, con el cuerpo cortado, llegamos hasta la zona donde están los aerogeneradores, a los pies tengo todo el llano de Carchuna. Saco a Rex y comenzamos a andar por la pedriza, tratando de que el perro mejore su condición física, hace un viento infernal,no se me va de la cabeza el perro abandonado. Después de media hora decido volver y recogerlo. Echo carretera abajo intentando localizar la curva, en un pequeño recodo aparco el coche y me bajo, acercándome con precaución. El perro es un cachorro de pastor de Brie, me recibe con gruñidos, esta hecho una pena y mantiene una conducta defensiva. Calculo que lo han abandonado hace unos días, probablemente fue el regalo de reyes de algún niño. Mientras cavilo como acercarme sin que me muerda, andando por la carretera aparecen  una mujer y una niña. Lo hemos visto esta mañana y hemos pensado que tendría hambre y sed, me dice la mujer. En una bolsa lleva una coraza de pollo y un tarro con agua, me ofrezco a acercarme con la comida. En cuclillas, de espaldas para no desafiarlo y sosteniendo un trozo de pollo, comienzo a alargar el brazo. Dejo caer el trozo sin violencia, el perro lo olisquea y se lo come, el siguiente trozo lo sostengo en la mano, el perro lo olfatea y se acerca tímidamente, se lo vuelvo a dejar, esta vez mas cerca. El siguiente trozo lo come de mi mano, mueve tímidamente la cola, admite la caricia y rebusca en la bolsa mas comida. Cojo la cuerda con la que lo tiraron y le doy un poco de agua. La buena mujer   me cuenta que ya tiene cuatro perros en el cortijo de al lado y que no puede hacerse cargo de otro, yo le explico que llevo uno en la furgoneta que no va a dejar que este entre. La chiquilla me coge de la mano la cuerda que sujeta al perro, su madre le dice que tenga cuidado. Mientras la niña lo sujeta, reviso al cachorro, que resulta ser una hembra, el pelo sucio, enredado y la mirada infinita que da el abandono. La cría tiene rasgos orientales,es china, supongo yo, nada parecidos a los de su madre. En ese instante comprendo como va a acabar la historia. La mujer duda, le propongo ir a Motril, dejar a mi perro y volver a recoger a este para llevarlo al refugio. Pero ella ya ha tomado una decisión, como solo una madre puede hacerlo, coge de la mano a la cría y me dice que se le lo lleva. A ver como le explicamos a tu padre que tenemos otro perro, le dice a la niña. Se despiden de mí y echan a andar en dirección al cortijo. El perrillo trota alegre al lado de la niña, no puedo evitar un sentimiento de emoción y de paz. No quiero acabar  sin maldecir al cabrón que abandonó al perro, autentico y miserable  perdedor  de esta historia y por supuesto dar las gracias a la vida por presenciar tan buena acción de una madre y su hija. Dios os bendiga.      

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