RESCATE K-9
Mi amigo, Antoñico Rincón, dice que
encontrar a mi pastor alemán, Rex, en el contendor, junto a mi tienda, ha sido una bendición para mi salud y es
verdad. Por puro azar lo hallé, por la misma razón descubrí que tenia
cualidades para trabajar y por pura chiripa fuimos encontrando gente que nos
enseñó a los dos, perro y guía, la
técnica del rescate de personas. Hoy en día ya hemos estado en activaciones reales, así como en un sinfín de simulacros, los cuales, nos
han preparado para todo el protocolo de búsqueda y rescate. Somos un binomio
hombre-perro bastante atípico (Un pastor alemán no es el perro ideal para el rescate,
el pastor belga Malinois es la raza mas común por su funcionalidad y carácter y
que decir de un guía que tiene mas años de la cuenta). Con estos mimbres hemos construido un equipo
que funciona, el corazón del perro y la paciencia del viejo, así somos. La
búsqueda de personas no es solo un perro que busca y un guía que observa. La
información es vital para comenzar el trabajo y finalizarlo con garantía. Los
datos del desaparecido son básicos, su condición física y mental, el punto
donde se le vio por última vez etc.,
todos los detalles son buenos para configurar un perfil de la persona a buscar
y así elegir el terreno más probable para su localización. Por desgracia, la
búsqueda de cadáveres es otra variante a la que hemos dedicado horas de
practicas, en este caso también es necesario configurar un perfil y un origen
donde comenzar a buscar. La misión de una unidad de rescate es eliminar grandes
espacios de terreno, al objeto de restringir
la superficie de búsqueda al mínimo. Ese es el trabajo real de
un equipo de rescate, reducir el terreno, muy pocas veces las búsquedas son
positivas (encontrar la victima). Para que el animal no se defraude y se aburra,
se le hacen encuentros sorpresa con victimas ficticias que le entregan su
mordedor, recuperando en el acto, energías para continuar con el trabajo. Los
perros tienen un límite físico de búsqueda y el guía debe fijarlo. Muchas horas
de entreno, juntos, hacen que este detalle sea importante para conservar en el
perro la ilusión por encima del
resultado. La vida me ha cambiado desde que nos encontramos, pasamos los días juntos: En la tienda esta siempre
alrededor mío. Las tardes de la semana que puedo, nos vamos al campo a entrenar,
buscar a algún amigo que previamente se ha escondido o simplemente a andar. Los
fines de semana paseamos, la parienta Rex y yo, por la vega motrileña, tomamos café
en alguna terraza y vemos la vida pasar tranquilos, esperando la siguiente vez
en que nos llamen y poder ser útiles. Si, Antoñico, la suerte existe, para
hombres y para perros. Mientras escribo, Rex
duerme plácidamente a mis pies, atrás quedan los tiempos de miseria y dolor, pasados en la calle, tirado en el
contenedor por aquel hijo de puta. Descansa
tranquilo compañero, este es nuestro sitio.
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