DOBLE VIDA
En la Redonda pasa la vida a ritmo de habanera,
tranquila, cadenciosa, al son del café
Sol Y Crema. Por el sitio pasan los actores secundarios de la tragicomedia
coral que es la vida. Desde el alba hasta por la tarde, los clientes entran y
salen, confiándose sus cuitas. Lo mismo se habla de la ruina del Madrid, la
salud de fulano, el ultimo finado o de arreglar el país de un plumazo. Como si
de una estación de tren se tratara, los viajeros del tiempo se cruzan un tiempo
y se separan…hasta mañana. Desde aquí, las cosas se ven con las perspectivas de
los que van pasando. El otro días hubo un parroquiano, a propósito de la
situación política, proponiendo si no sería
mejor quedarnos así para siempre, total, decía el entendido, casi se estar
mejor quieto que no moviéndose. La conversación se enriqueció con los
tradicionales golpes de mierda a favor y en contra de la solución. La realidad
es que cada vez se acrecientan las distancias entre la vida cotidiana y la
política. Los que hablan de pobres, se empeñan en hacer más cantidad de estos
para poder salvarlos y los que hablan de
riqueza se la quedan unos pocos. El objetivo de unos y otros es vaciar o llenar
las tripas de su mesnada, dejando al resto con un palmo de narices, claro que
entre unos y otros, esta la masa social de costaleros, portando en sus espaldas
al ocurrente político de turno. La convivencia no parece ser objetivo para
ninguno, saliendo la vena cainita por encima de la tapadera del sentido. No sería
mala idea intentar otra estrategia de vida más cercana a elevar el nivel de
vida mas allá del estomago social. Cuando oigo hablar de miseria yo entiendo
que está localizada en las calles de Alepo y cuando oigo hablar de hambre me
viene a la cabeza las calles de Haití o las llanuras de Sudan del Sur. Pero
nunca en mi tierra, aquí no he visto pasar balas de esquina a esquina, ni he
visto señores de la guerra acompañados por niños de diez años, armados con
kalasnikov. Pero en los alardes políticos se cargan las tintas sobre la miseria
de los habitantes del país porque es gratis, siempre habrá algún cebolla que
diga que lo nuestro es peor. Pero la puta realidad es la que es, nuestra
trayectoria es mejor, que los que por derecho propio, pueden decir que pasan
hambre y calamidades, únicamente porque han tenido la desgracia de nacer
quinientos kilómetros más allá de nuestras fronteras. El médico más cercano lo
tienes a quinientos metros de tu casa, el colegio de los niños a trescientos,
la luz en el interruptor, el agua en el grifo, la comida se derrama de las estanterías
del súper y la gasolina en el surtidor etc. Etc.. Todo esto ya lo tienes y no
vale nada, porque es algo normal para ti, pero acuérdate de que se lo debes a
la suerte, si tuvieras que andar veinte kilómetros para beber la cosa
cambiaria. Cada avance, pasado algún tiempo, parece poco, cada esfuerzo se
olvida, cada reforma se minusvalora y lo que acaba quedando son bocas abiertas
pidiendo más, sin recordar que todo en esta vida es el producto del esfuerzo
común y el trabajo de todos, los que tiran y los que no son un lastre. A los
políticos solo les debiera ocupar administrar los recursos disponibles, sin
hipotecar nuestro futuro, con lo que haya, ni un euro más, los regalos de
clases que lo hagan con sus dineros
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