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miércoles, 16 de septiembre de 2015

CARNE DE CAÑON

Todas las guerras se libran con ejércitos, entre las tropas sobresalen los que quieren luchar por la causa. Los primeros en dar la cara, los que antes caen en el intento, los más maltratados por los que mandan y los menos reconocidos, El voluntario civil es una persona que se ofrece a hacer un trabajo o cubre una responsabilidad, no estando obligado a ello. El voluntariado es un cuerpo social que da un paso al frente en el servicio a la comunidad, sin cobrar por ello. En cada pueblo hay minoría de personas que hacen su objetivo de vida servir, en mayor o menor medida a los demás, sin distinción de credo raza o nacionalidad. En buena lógica dicha actitud merecería ser ponderada y puesta en valor por el conjunto de la sociedad, pero generalmente no sucede así. Gracias a mi perro de rescate, me encuentro encuadrado en la agrupación motrileña de Protección Civil, ocupándome solo de estar preparado, para cuando una emergencia necesite de las habilidades de mi can, para buscar personas extraviadas, perdidas en el campo, en el escombro o cualquier entorno que se presente, a eso dedicamos muchas horas el binomio hombre-perro. Pero el merito es de esas personas, a las cuales  trato en la agrupación y que se ofrecen en cada servicio, atentos a cualquier emergencia en todos los eventos de la ciudad. Sin que nadie parezca percatarse, están presentes,dispuestos a ayudar en cualquier emergencia, sin pedir nada a cambio. Cuando las cosas se ponen ásperas, (como el incendio del puerto, el de Lujar o asistir a una patera) abandonan sus quehaceres y marchan, con buen animo, donde se les demande. El valor del individuo, puesto al servicio de la comunidad. Me consta, porque lo he oído alguna vez, que los críticos de sofá, ven con malos ojos lo que hacen estas personas (acaso sea porque los dejan en evidencia o porque el aburrimiento es muy malo), predicando aquello de que el barco no es mío y criticando de manera velada al humilde voluntario. Aparentemente no hay una razón para que estos últimos entreguen su tiempo y su sudor, aunque es mas sangrante y lastimoso que los otros se sacudan el muerto y miren para otro lado. En ambos casos no hay razón para hacer lo que hacen, pero no hay color, la dignidad de los voluntarios es apabullante frente a los solidarios de sofá. El caso es que desde la distancia (convivo poco con ellos), admiro la entrega y el valor de los voluntarios, que afuera aparte de su gran labor, tienen que tragar con los  avatares de la política y todo su sangriento equipaje(encima de que lo hacen por la cara, corren el riesgo de que se la parta algún irresponsable). Cada vez que hay un cambio político, preparan el ojete para el capricho del que se va y del que llega nuevo, el caso es que tanto unos como otros, desprecian la entrega desinteresada de los voluntarios. Parece como si todo se confabulara para mandarlos a su casa y que cedan en sus esfuerzos. Pero ellos, impulsados por su espíritu de lucha, eligen quedarse y pelear. Gente bragada, dispuesta a recibir hostias de la adversidad y de los que estorban. Valor sufrido de gente que cree en el individuo social, carne de cañón para las emergencias, a cualquier hora del día o de la noche. Historias de miserables y de gente digna, perdedores o ganadores, según se mire.     

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