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lunes, 3 de marzo de 2014

VESTIRSE DE OIDO  

Llegas a tu casa a las tantas, después de una jornada eterna de trabajo, en el ascensor te vas haciendo una composición de lugar de lo que va ser el descanso: Ahora me quito los zapatos con espátula, me doy un petroleado, me calzo el pijama y me dejo caer en el sillón......Esos son tus planes, pero el día que estas para el arrastre, ese mismo día ,tu mujer ha pensado en renovar tu vestuario. Uno es mas de ropa ajada y vieja, la ropa nueva me jode, me tengo que hacer a ella. Lo de presumir nunca ha estado en mi animo, mayormente porque he sido mas bien fachoso y encima  tengo un compadre que es un autentico petronio. A Rafael Gallardo le tiras encima una tela de saco y le cae que ni pintada, así las cosas en mi entorno ya ni recuerdo cuando decidí reorientar  mi vida, con arreglo al viejo aserto de que la belleza esta en el interior, el caso es que mi vestuario esta enfocado, en su mayoría, al trabajo cotidiano mas que estar bonico. Todas esta razones no parecen afligir a mi mujer, esta noche me tiene preparada una sorpresa: Cinco o seis bolsas repletas de ropa,  no me cago en el mamón de la tienda porque lo conozco de toda la vida.
Tiempo perdido, como mi perro cuando lo intentan bañar, pataleo por aquello del que dirán, pero la guerra la tengo perdida. Sin darme tiempo a respirar  comienza el momento probador, la parienta guiña un ojo cuando me estoy poniendo una prenda, poniendo cara de Ágata Ruiz de la Prada. Esto me aprieta, digo yo muy firme. Eso te esta bien. Pero es que me aprieta!coño¡. No me echa cuentas, me da otra prenda sin  dirigirme la palabra. Estos calzones me quedan fondones,argumento con cara de niño de la inclusa, ni caso, ella a lo suyo. Desde estas lineas quiero dejar bien claro que mi mujer me ve siempre mejor de lo que estoy, cosa de agradecer ,pero ese acto de amor marital se traduce en las dos tallas menos cada  vez que me compra ropa. Error ponerse farruco echarle cojones: Mira que eres tonto, tienes que fijar la sisa y tirar de abajo ¿ lo ves?. En ese momento te rindes porque si no, no llegas al sillón, te tragas la prueba en completa apnea, obviando las provocaciones de la parienta, tratando de abreviar me pongo todo, digo a todo que si y ya me apañaré el día que tenga que
ponérmelo, el caso es terminar de una puñetera vez. La ultima camisa, se acabó...¡Soy libre! . Al día siguiente entro en mi casa pletórico, sabiendo que no tengo que ser el maniquí de nadie, en la silla de mi dormitorio me encuentro otras seis bolsas a reventar con prendas de vestir. Instintivamente comienzo a desandar de puntillas el camino hacia la puerta, noto la mano de mi mujer en mi espalda. ¿Donde vas? ¿yo? A ningún lado. Mejor porque llevabas razón en lo de las apreturas,  te he traído una talla mas de todo, venga pruébate todo otra vez . Vivir para ver.

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