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sábado, 2 de noviembre de 2013

ANTIGUAS PASIONES
Envejecer es lo que tiene, las carnes se aflojan, los pellejos crecen y las caras se descuelgan, nunca vuelven a ser las que eran, por muchos potingues que les eches. Con el paso de los años la física se ceba con los cuerpos, ley de vida, te vas dejando y poco a poco todo crece de una manera indiscriminada. Recuerdos de juventud, cuando bebías los vientos por una muchacha, te hacías el encontradizo con ella, aprovechando cada oportunidad para estar (solo estar) lo mas cerca de aquella diosa de ojos azules y talle de avispa. Cuerpos cargados de hormonas y cerebros pequeños, dedicados en exclusiva a pensar en lo que hay que pensar, juventud divino tesoro. Pero amigo los años pasan, al cabo del tiempo vuelves ver a aquella diosa vikinga, como ha cambiado la cosa. Un derribo, lo único que queda son aquellos ojos de azul marino, eso si,rodeados de patas de gallo y el talle de avisoa ya es mas bien un taller con gasolinera en la puerta. No se si es una constante, lo consultaré con mi compadre Rafael Gallardo (a la sazón sociólogo emocional de la mismisma universidad de la calle Saez). Corre por ahí una teoría, la cual dice que las muchachas mas bonicas de la quinta, parecen sufrir mas deterioro físico con el paso del tiempo y algo de verdad debe de haber. Recuerdo que junto a aquella beldad rubia, iba una muchacha pizpireta,morenita, que no decía ni fú ni fá en lo físico, pero bastante simpática y agradable.Hace buena la teoría, se conserva muy bien, es una matrona guapa y con tan buen carácter como siempre, de lo que uno, en sus cortas luces acaba por deducir lo obvio: La belleza sin carácter se muere con el tiempo. Quinielas que hacemos de jovenzuelos para no acertar de viejos, a los hombres nos pasa lo mismo, no podías imaginar que aquellas primeras amistades iban a ser para siempre, aquella muchacha que conociste de casualidad,en un barrio que no era el tuyo, iba a ser la madre de tus hijos. Te hartarías de reír al pensar en el barrigón que ibas a tener o en la incipiente alopecia que ibas a trabajar con ahínco, hasta quedarte calvo. La ciencia esta en envejecer con dignidad y reírse de este teatrillo que es el mundo, donde el café del bar te lo pone un tío muy feo, que siempre será tu amigo. Aviso: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, no vaya a cabrearse alguien y me den el café aguado.  

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