HALLOWEN, DEPORTE DE RIESGO

Las modas nos invaden como oleadas barbaras, al principio hacemos chistes sobre ellas y luego claudicamos, convirtiéndonos en adictos. Con el misterioso Hallowen ha pasado eso, todavía quedan algunos nostálgicos del Tenorio, pero la inmensa mayoría del pueblo, ya se ha entregado en brazos de esa estupidez colectiva que es la moda del horror, no pega ni con cola, pero es lo que hay. Cualquier año veremos un pleno en el ayuntamiento, con todo el mundo disfrazado de monstruo, bruja o psicópata etc. Vísperas de la noche de Hallowen en Motril, llego a la casa con ganas de sacar al perro y dar nuestro paseo nocturno, los dos hemos hecho de esta ceremonia algo festivo, disfrutamos del tramite. Al salir por la puerta con el animal dando saltos de alegría, la parienta me da una lista con algunas cosas que le faltan, me dice:De camino traeme estas cosillas del super (habla en diminutivo para poner mas chico el encargo, pero la lista tiene migas). Pero es que llevo el perro..., pues te lo dejas atado en la puerta, el perro sigue saltando, metiendo bulla, por no meterme en pleitos le arranco la lista de la mano y salgo a escape. En la cuarta meada el perro atempera el ritmo,echamos a andar para la parte alta del pueblo, mientras paseo, empiezo a montar el plan para la compra con perro incluido, si voy a un supermercado de la Avenida de Salobreña el perro se hace poeta y se larga con los pedigüeños de la puerta, mejor busco otro sitio. Podía ir al chino de la plaza de artes y oficios, pero aquello esta estrecho y lo mas normal es que lo atropellaran, mi mujer se ha cargado el paseo con el dichoso encargo. A ver como coño me las apaño, amarrar al perro, comprar y volver con la compra sano y salvo, sin contar con una cagada a destiempo, mejor no pensarlo. En las Cuatro Esquinas el perro hace la muestra, cuatro zagalones vestidos como zombis vienen haciendo el tonto, al pasar al lado nuestro intenta morder al primero que pilla, los pocos años hacen que el interfecto se salga de suerte con un quiebro, siguen su camino, riéndose de la salida de tono del animal, le regaño a este, afeándole su conducta, me mira como diciendo ¿Pero tu has visto como iban?. En la esquina de Vallejo se repite la historia con unos chiquillos vestidos de fantasmas, si no tenso la correa, se come a uno, este cabrón, pienso,bien podía pasar por el perro de Baskerville. Queda lo peor a ver como lo dejo en la puerta del super a esta especie de maniaco de los disfraces, igual cuando vuelva, se ha comido dos o tres de la familia Adams. Le echo cojones y lo ato en la puerta del de la Avenida Salobreña (justo el que no tenia perro durmiendo en la puerta), salgo tirado, paso por las puertas de entrada como un caballo de carreras en la salida automática, echo mano de la lista, agarro un carrillo al pasar y me lío a coger cosas a puñados, cuidando de no dejarme nada atrás. Me toca la cajera mas torpe del mundo, se cumplen mis peores pesadillas, la cola mas corta en la caja, es porque la gente rehuye a la cajera, ya no puedo volver atrás. Por las cristaleras veo a unos niños disfrazados de brujos acercándose al perro, a este se le han erizado los pelos de lomo y enseña los dientes, tiene toda la pinta de liar una zapatiesta, señorita, tengo un poco de prisa...¡Un segundo señor¡. Llego justo para darle un bolsazo con el pan de molde y tranquilizar al perro, los niños me miran malamente y se lo dicen a sus madres que vienen detrás, las chochonas me miran con la cara retorcida, como si fuera un asesino en serie. En la vuelta a casa se cumplen las peores predicciones, el perro se caga y me mira con curiosidad, a ver como recojo la mierda, con toda la galumba de cosas del super a cuestas. Abriendo la puerta de la casa suena el teléfono, lo coge mi mujer: Tu compadre, que dice que si vamos a salir,para celebrar el Hallowen.....¡Una mierda pa usté compadre¡ grito de frustración, con la reata de bolsas todavía encima. Mi parienta, me interpela,sin mover un músculo de la cara: Dice tu compadre que si eso es un si o un no. Que si mujer,que si.