Misericordia
La misericordia es la inclinación
a sentir compasión por los que sufren y ofrecerles ayuda. Soy optimista y
pienso que todo el mundo tiene este impulso activo, en mayor o menor medida, la
vida real me enseña, no pocas veces, que no siempre es así. El jueves pasado,
llevaba dos perros a entrenar por la orilla del río. Tomé el desvío de Guájar,
inmediatamente me desvié por el camino,
buscando la ribera del Guadalfeo, aparqué
y cuando iba a abrir el portón trasero de la furgoneta, se me acercó un
perrillo famélico. Con una correa de lazo y
mucho paciencia, fui dejándolo acercarse
hasta que lo pude coger. Era un cachorro de podenco, solo piel y huesos.
Estaba claro que era víctima de algún desaprensivo que lo había abandonado. Me
lo llevé al campo donde tenemos unas perreras, le puse una pipeta contra los parásitos,
le di de comer y me vine para el pueblo. Publiqué la escena del perro comiendo
en las redes para ver si alguien se lo quería quedar, no estaba dispuesto a
mandarlo a la perrera sin hacer un intento de buscar alguien que le diera una
buena vida. Cientos de felicitaciones y
lo más curioso: Decenas de llamadas de gente que quería deshacerse de un perro.
Por arte de las redes me había convertido, a los ojos del público, en un
albergue para perros. Yo no creo que tenga ninguna importancia rescatar un
perro abandonado, si puedo lo hago y ya está, no pensé más allá de eso. Leyendo
tantos mensajes misericordiosos pensé en
la diferencia entre recoger un perro abandonado y sentir compasión por los
cientos de inmigrantes que arriban al puerto día si y día no. Llegué a la
conclusión de que lo primero esta magnificado, mientras que lo segundo es de
uso político. Está muy bien visto rescatar perros abandonados, nadie habla en
contra de tal actividad, es más, cuando llega la temporada estival, la
administración y las asociaciones, hacen campaña para evitar el abandono de
perros. Tratándose de inmigrantes la cosa cambia, en este tema todo el mundo
maneja opiniones encontradas sobre el asilo de personas desesperadas, famélicas,
que arriesgan su vida para tener una vida mejor. Está bien visto adoptar un perro pero se
discute mucho sobre qué hacer con los inmigrantes. Una sola opinión sobre
perros y muchas sobre personas, algo no
funciona ¿Dónde está la misericordia? Al
día siguiente de tenerlo ya había dado con un dueño compasivo que tendrá la
suerte de disfrutar del perrillo rescatado, pero solo cuando lo engorde un
poco, cada vez que lo miro, no puedo
evitar pensar en esas pateras cargadas de sueños, estrellándose sobre un muro
de intransigencia cateta y despiadada.
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