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miércoles, 18 de febrero de 2015

 San Valentín Ton

Cuando hacen las cuentas los de las tiendas de regalos, marcan en rojo la fecha: catorce de febrero  día de los enamorados, día de pelotazo. Los fabricantes de joyas tienen una cadena de montaje de corazones de distintos pelajes y peajes, tratando de poner al alcance de cualquiera, la joya que va a hacer triunfar al primo de turno. Las floristerías hacen acopio de rosas y demás floripondios esperando que los arranques amorosos den para muchos ramos. Mención aparte merecen los desgraciados/as que se han conocido hace poco y están formalizando su relación por estos días, ahí tienen que echar el resto, su primer baile, su primera cena, su primer beso, el primer kiki  etc. Todo parece marchar según lo previsto, pero llega el primer fielato de la relación, las semifinales de copa de parejas, el ser o no ser de la relación. Como la cosa se tuerza, la historia  puede acabar en  un lo que pudo ser y no fue. Cuantas relaciones se han roto porque un listo ha dicho eso de: ¨Yo no creo que haya que regalar en un día especifico¨  ¿Tú no lo crees? Al día siguiente estabas solo, porque ella se había dado cuenta de que  solo te quería como amigo (esa es la explicación oficial, la buena es que no te habías estirado). Así están las cosas al  pobre desgraciado se le amontona el trabajo: Mira la economía que tiene y se tira a la calle para remontar la primera crisis de una relación naciente. Desorientado y preguntándose cómo ha llegado a esto, si hace dos días estaba tan apretado contra la muchacha, agustico, mirándose a los ojos y pareciéndole que el tiempo se había parado, intuye que si quiere pasar la eliminatoria, no queda otra que regalar y pasar el trago como sea. Si  San Valentín levantara la cabeza le daba un flato: Aquel obispo que casaba a jóvenes romanos a escondidas hacia el sigloIII, en contra del criterio del emperador Claudio II (su teoría era que los soldados solteros hacían mejor la guerra, en consecuencia prohibió el matrimonio a la milicia), siendo, finalmente, martirizado por tal actividad. Aquel santo se ha convertido en árbitro de una final de copa del amor, que como todas las finales, puede acabar bien o como el rosario de la Aurora. Esta podría ser la versión masculina del santo del amor, lo de las mujeres va por otros derroteros, los cuales no adivinaría ningún hombre (ni el santo tiene cojones a entenderlas). El caso es que los desgraciados que logran pasar indemnes el primer San Valentín han dado pruebas de su capacidad amorosa, pero hete aquí que la historia se repite el año siguiente y al otro y al otro. No se acaba nunca, la historia continua yo he cumplido con la parienta treinta y cuatro Santos y todavía paso fatigas para empatar, lo de la semifinal de copa acaba uno descubriendo, con el tiempo, no dura ese día, te pasas la vida pasando eliminatorias por los pelos. Es la copa de Europa del amor pero no es el la única competición que juegas, acuérdate del día de la madre, mientras tus hijos son chicos también te pertenece (la copa de la EUEFA) o que cualquier día sin venir a cuento te dan un susto sin verlas venir. Una liga del amor que han implantado el Corte Inglés y todo el sector del regalo. Como decía un castizo: Permita Dios que se lo gasten en MEDECINAS (medicinas en lenguaje de aquí). 

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