A TITULO POSTUMO
Uno lo de la genética lo tiene
cogido con pinzas, el genoma humano es una entelequia digna de mejores cabezas.
Al parecer todo esta escrito en nuestras cadenas de ADN, desde que naces estas
predispuesto a resfriarte por mor de un eslabón o por el contrario, puedes
salir el cinco de enero, con una camiseta de manga corta y no toser en toda la
noche, será así, doctores tiene la ciencia. Y ya puestos a pensar, en la
información que arrastramos los españoles en nuestro genoma, no hace falta ser
muy avispado, ni tener microscopio, para observar una constante a lo largo de
nuestra historia y que quizás tenga una razón bioquímica. Desde que Viriato
andaba dando regates a los romanos, los jodios peninsulares nos hemos dedicado
a destrozar las vidas de nuestros héroes nacionales hasta el fin de sus días,
eso si, dándoles luego unos entierros fastuosos, por aquello de limpiar la
conciencia del pueblo. Todos los héroes de la patria llevaron incrustado en sus
ataúdes una medalla, un blasón o un titulo pillado a lazo. Curiosamente el que
ponía los honores en el féretro solía ser su principal enemigo en vida, a la
sazón persona mediocre, con la única habilidad reconocida de saber dar los
mejores tirones de polla a la autoridad principal. La frase: ¨ Siempre se van
los mejores ¨ era el colofón al fasto
funerario, muerto el perro se acabó la rabia. En recientes estudios se ha descubierto que los huesos del Gran
Capitán, no están enterrados a orilla de los reyes católicos, el mejor general
de nuestra historia fue enterrado de morrillazo, vaya usted a saber donde. Los
huesos de Colon andan repartidos de tal manera que cada dos por tres salen mas
posibles enterramientos. El insigne almirante Blas de Lezo , héroe de defensa de Cartagena de Indias, que en 1741 defendió la plaza frente al almirante
Vernon, al mando de una flota de 186 barcos y veinticinco mil hombres, con solo
3000 soldados y un cabrón de gobernador (Sebastián Eslava) que se pasó todo el
tiempo medrando, para que el apodado Medio Hombre (por sus múltiples heridas de
anteriores batallas), rindiera la plaza. Naturalmente, cuando contra todo
pronostico, vencieron, se apuntó el tanto sin ningún rubor. Cuentan que cuando
Vernon ordenó volver grupas, con el rabo entre las piernas, dijo esta frase al
viento: « God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga Lezo!. Este le mandó una
misiva como solo sabemos hacerlo aquí:«Para venir a Cartagena es necesario que
el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado
para conducir carbón de Irlanda a Londres , lo cual les hubiera sido mejor que
emprender una conquista que no pueden conseguir.» Cuentan que Lezo murió de
unas malas fiebres, pocos meses después de su ultima gesta, fue nombrado
marqués de Ovieco, a titulo póstumo. Historiadores colombianos, todavía hoy,
buscan intensamente la tumba de un héroe nacional de los de allí, ignorado por
los de aquí. En cualquier sitio hay un mediocre dispuesto a llevarse el merito
de otro, lo llevamos dentro de nuestro
ADN, como otra enfermedad mas, Cada
héroe tiene su hijodeputa encima, del mismo tamaño. En cualquier
estamento, da igual: Ayuntamiento, diputación o comunidad de vecinos, donde
nacen unos se agarran los otros. Los entierros son el final del martirio para
los mediocres y el comienzo del olvido para el héroe. El rejón de muerte
siempre el mismo: El titulo póstumo.
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