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miércoles, 4 de diciembre de 2013


A TITULO POSTUMO

Uno lo de la genética lo tiene cogido con pinzas, el genoma humano es una entelequia digna de mejores cabezas. Al parecer todo esta escrito en nuestras cadenas de ADN, desde que naces estas predispuesto a resfriarte por mor de un eslabón o por el contrario, puedes salir el cinco de enero, con una camiseta de manga corta y no toser en toda la noche, será así, doctores tiene la ciencia. Y ya puestos a pensar, en la información que arrastramos los españoles en nuestro genoma, no hace falta ser muy avispado, ni tener microscopio, para observar una constante a lo largo de nuestra historia y que quizás tenga una razón bioquímica. Desde que Viriato andaba dando regates a los romanos, los jodios peninsulares nos hemos dedicado a destrozar las vidas de nuestros héroes nacionales hasta el fin de sus días, eso si, dándoles luego unos entierros fastuosos, por aquello de limpiar la conciencia del pueblo. Todos los héroes de la patria llevaron incrustado en sus ataúdes una medalla, un blasón o un titulo pillado a lazo. Curiosamente el que ponía los honores en el féretro solía ser su principal enemigo en vida, a la sazón persona mediocre, con la única habilidad reconocida de saber dar los mejores tirones de polla a la autoridad principal. La frase: ¨ Siempre se van los mejores ¨ era el colofón al  fasto funerario, muerto el perro se acabó la rabia. En recientes estudios  se ha descubierto que los huesos del Gran Capitán, no están enterrados a orilla de los reyes católicos, el mejor general de nuestra historia fue enterrado de morrillazo, vaya usted a saber donde. Los huesos de Colon andan repartidos de tal manera que cada dos por tres salen mas posibles enterramientos. El insigne almirante Blas de Lezo , héroe de  defensa de Cartagena de Indias, que  en 1741 defendió la plaza frente al almirante Vernon, al mando de una flota de 186 barcos y veinticinco mil hombres, con solo 3000 soldados y un cabrón de gobernador (Sebastián Eslava) que se pasó todo el tiempo medrando, para que el apodado Medio Hombre (por sus múltiples heridas de anteriores batallas), rindiera la plaza. Naturalmente, cuando contra todo pronostico, vencieron, se apuntó el tanto sin ningún rubor. Cuentan que cuando Vernon ordenó volver grupas, con el rabo entre las piernas, dijo esta frase al viento: « God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga Lezo!. Este le mandó una misiva como solo sabemos hacerlo aquí:«Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres , lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir.» Cuentan que Lezo murió de unas malas fiebres, pocos meses después de su ultima gesta, fue nombrado marqués de Ovieco, a titulo póstumo. Historiadores colombianos, todavía hoy, buscan intensamente la tumba de un héroe nacional de los de allí, ignorado por los de aquí. En cualquier sitio hay un mediocre dispuesto a llevarse el merito de otro, lo llevamos  dentro de nuestro ADN, como otra enfermedad mas, Cada  héroe tiene su hijodeputa encima, del mismo tamaño. En cualquier estamento, da igual: Ayuntamiento, diputación o comunidad de vecinos, donde nacen unos se agarran los otros. Los entierros son el final del martirio para los mediocres y el comienzo del olvido para el héroe. El rejón de muerte siempre el mismo: El titulo póstumo. 

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