LAS RATAS, EL BARCO, LA FAMILIA
Antiguamente, en el tiempo donde
los barcos tenían casco de madera, los
marineros contaban que cuando las ratas, indeseados habitantes de las
bodegas, se lanzaban al mar, había que
dar por cierto un inminente naufragio. Estos animales tenían un sentido
especial que les hacía buscar la muerte antes que vivir la tragedia, justo
seria decir que a veces, la situación se revertía y el barco se salvaba de la
quema por poco, quedando el colectivo ratero como único damnificado del amago
de naufragio. En España esta pasando
algo parecido a los barcos antiguos, duele el murmullo de las ratas,
ascendiendo desde las sentinas del estado, tratando de abandonar el barco a la
deriva.
Mientras, el pueblo y los que
conservan alguna esperanza, luchan contra
la tempestad económica y política, con los últimos restos de moral que
queda. Héroes de causas casi imposibles, situación esta a la que los españoles
somos muy dados, tiempos de ruina tiempos de gestas. Todos los días te enteras
de que han despedido al enésimo amigo/conocido/pariente, el damnificado busca
refugio donde buenamente puede, esperando a que amaine la tempestad. Frente al
pánico roedor, la única institución que soporta el castigo con dignidad es la familia, dando asilo al que lo pide, el
ultimo bastión, donde se refugian las bajas causadas por la depresión, un gran
porcentaje de los desterrados por la crisis, se asilan con algún familiar. Justo
es reconocer que el perfil sociológico de la familia española, proviene de
nuestra educación judío-cristiana. Nuestros ancestros nos grabaron a fuego
aquello de que a los tuyos con razón o sin ella. Muchas referencias bíblicas,
nos guían en los deberes para con nuestros familiares, valores que rigen
esta milicia familiar que salva
de la ruina a muchísima gente, manque le pese a mas de un progresista, que siguen sin enterarse, argumentando que abominar de nuestra cultura es moderno y se
lleva mucho. Raza de roedores a los cuales les debemos gran cantidad de los
problemas que arrastramos hoy en día, gilipollas timoratos que viven de los
últimos veinte segundos de nuestra
historia y con arreglo a estos, hacen un credo nuevo cada cuarto de hora.
Cebollas que huyen del barco en el
primer bandazo, ratas gordas que han vivido de la subvención a mesa y mantel y
que ahora se quejan de que la vida esta muy mala, mas que nada porque el grifo
se ha cerrado, candidatos a coger la pancarta, a ver si medran y nos esquilman
otra vez. Un sobrino mío comentaba, indignado, que en España, las elecciones a cualquier cosa,
se las costeábamos, por ley, a los candidatos, mientras que en Estados Unidos hasta
el mismísimo presidente, se tiene que pagar su campaña electoral (con
contribuciones de sus electores). Impensable que en los Estados Unidos sea la administración la
que sufrague tu aventura en las urnas,
si quieres campaña te la pagas tu.. Igualito que en España, democracia a
tutiplén gratis con cargo a los de siempre.Aquí la democracia, aquí unas
ratas.