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jueves, 22 de septiembre de 2011

Clases Privilegiadas

La desigualdad social es un imperativo humano, viene de serie, todas las revoluciones comienzan enarbolando la bandera de la igualdad para luego cometer todo tipo de tropelías en su nombre. La historia esta llena de relatos sangrientos,la revolución encumbra una nueva casta dirigente, conquistadora de privilegios y renuente a abandonarlos, cuando las cosas se ponen feas. Es la constante, el hombre es el verdugo de sus congéneres, tiene prisa en matar a todo el que se ponga por delante e inmediatamente, colocarse el siguiente en la lista de posibles ajusticiados, es absurdo pero es lo que hay. Nos han tocado en suerte tiempos de cambios radicales, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, ahora no hay mas remedio que meter la tijera a diestro y siniestro. Desde que tengo uso de razón estoy oyendo lo de apretarse el cinturón, mientras nos iban pidiendo otro agujero mas en la correa,el estado vivía muy por encima de sus posibilidades, apoyados en eufemismos tan absurdos como lo del decrecimiento negativo(que traducido al cristiano quiere decir que íbamos directos a la puñetera ruina). Los antiguos nos enseñaron que teníamos que vivir con lo que teníamos, la vieja teoría del trabajo, el esfuerzo y el ahorro, basura según la nueva casta dominante. En un instante de la historia apareció lo que se ha dado en llamar la nueva banca, con una idea fija: Adelantar el sudor del pueblo,de varias décadas,convertirlo en dinero y emplear este en comprar urgentemente cosas absolutamente innecesarias. El otro día me comentaba un lector un dato curioso: Las hipotecas antiguas, en tiempos de penuria , con sueldos de mierda, sindicatos de mierda y estructuras políticas arcaicas, se redimían , como máximo en una década. Por el contrario con la reciente bonanza económica (todo el mundo ganaba mucho mas), gobiernos, empresarios y sindicatos enrollados, se han llegado a hacer hipotecas a sesenta años (60) ¿Y a esto se le llama bonanza económica?, francamente, no se para quien . Cuando se habla de privilegios se suele pensar en gente rica, pero a veces las cosas no son lo que parecen, el privilegio no siempre va asociado a la riqueza, todo lo contrario. A la sombra del parné en erupción se creó otra casta muy socorrida para los discursos políticos: Las clases desfavorecidas, lo que en un principio englobaba a los rezagados del sistema, ahora se ha convertido en algo crónico, un tipo de discriminación positiva que a veces no cae en buenas manos. La vieja teoría del esfuerzo, trabajo y ahorro agreden privilegios ya instituidos; esta semana oía la difícil situación de LIMDECO (empresa de limpieza de nuestro pueblo). Uno de los lastres que arrastra, es la obligación de limpiar varios solares de un barrio marginal, llenos hasta la bandera de desperdicios, usados como estercolero por la población de dicho barrio, asumen vivir entre mierda, creyendo que los servicios de limpieza tienen la obligación de vaciar la suciedad cada cierto tiempo. Esos trabajos los realiza la empresa municipal sin estar muy claro si lo van o cobrar o no (en principio no) con las lógicas consecuencias para los trabajadores de la compañía, que siempre circulan por el filo de la navaja, en en su coeficiente de productividad . Los habitantes del barrio tiran la bolsa de basura al solar de al lado, desde su ventana,sin molestarse en bajarlas al contenedor, a todo esto deberemos de añadir que el resto del pueblo se ve obligado a pagar de su bolsillo el capricho, es evidente que se ha creado una situación de privilegio. Se podría decir, aunque no sea políticamente correcto, que en ese barrio hay una clase privilegiada, guarra, pero con privilegios. Seguramente si le preguntáramos a algún desaprensivo que tira la basura al solar,porqué lo hace, dirá que el la esta tirando en su sitio, nadie se ha tomado la molestia de explicarle a este ciudadano, el conjunto de derechos y deberes que componen la base de la convivencia. Los políticos se han limitado a criar generaciones subsidiadas,ancladas en privilegios basura,votos de unos comprados con el sudor de otros, la mordida que paga un pueblo a barrio para que este tranquilos. La salida de esta y otras situaciones parecidas, va en la dirección de recuperar  valores éticos, ya casi olvidados, costará tiempo y más dinero, pero no hay otro camino.Llegará el dia que se haga recuento de las tropelías económicas que hemos vivido, como ejemplo de las generaciones venideras, la clase política pagará por las alegrías en el gasto (Solo una muestra: Recuerda el perral gastado en ferias, verbenas y panzás de comer, artistas cobrando millonadas con cargo a los presupuestos consistoriales ¡Que bien nos vendría ese dinero ahora¡). Después de vivir como cigarras unos años, nos encotramos en el comienzo de un larguísimo invierno polar, que promete durar décadas, a ver qué privilegios mueren de frío y quien tiene huevos de sobrevivir a esta glaciación.

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