REENCARNACIÓN
Coloquialmente, se podría decir
del resultado del salto del alma de un
cuerpo fenecido a otro recién estrenado, eso es, chispa más o menos, el
concepto de reencarnación. El modelo varía según las distintas religiones,
todas tienen en común que hay que ser muy bueno, si no pasan cosas malas:
Desde que desapareces, en el peor de los casos, hasta que te reencarnas en un bicho asqueroso. En general,
las religiones tienen su reglamento de vida. Bien manejado, suele ser una guía de comportamiento ético: Toda buena
acción tiene consecuencias buenas, por el contrario cualquier barrabasada,
tiene un final chungo. Los budistas tienen tiene su plan, de tal manera que un saltamontes si fuera un buen insecto, en su siguiente vida
ascendería a rana, si esta eligiera ser
una rana del montón, croando en la charca, comiendo moscas y tener gusarapos; Al final de su vida
sería un conejo, este a su vez, viviría comiendo hierba y teniendo encuentros
amorosos hasta que un desgraciado día, le echara mano un galgo. Al volver del ignoto paraíso, se podría dar el caso de que
lo reenviaran la tierra en forma de… ¡perro¡. Si fuera bueno toda su vida, moviendo la cola,
oliendo culos y cuatro cosas más, podría pasar que su siguiente reencarnación
fuera un hombre y aquí es donde viene la complicación: si por desgracia sale
político, su siguiente vida volvería al principio de la cadena o al desguace de
almas (los católicos lo llamamos limbo). Ya puestos, se podrían hacer
quinielas sobre lo que serían en su próxima vida personajes públicos: Trump (Una
babosa del tirón) Iker Casillas (Santo, este es fácil), Paulina Rubio (muda). Un buen pasatiempo, hacer cuentas
de que será en su siguiente vida Cristiano, Messi
o cualquiera que se te ocurra. Pero todos conocemos, en nuestra vida cotidiana,
gente esforzada, sufridora, a los que la vida les paga con desgracias y contrariedades, sin embargo, ellos
responden con dignidad. Gigantes haciendo pequeños a los demás ,que no tenemos que cargar con sus cruces pero vivimos
rodeados, inundados, saturados de quejas de mierda. Vidas calladas y luchadoras
que se van al otro barrio, cansadas, ajadas de la pelea, soportando el castigo
con paciencia y resignación. Las más valiosas, la cúspide de la reencarnación.
El reglamento parece que les vuelve a dar ,una y otra vez, la tarea más dura porque son los imprescindibles . De modo que cuando veas a ese padre empujar la silla de ruedas de su hijo, con parálisis cerebral, ya sabes cual te digo: Ese que saca a su hijo a tomar el sol o el caso de esos padres viviendo en el hospital desde que nació su hijo, turnándose en el reparto de la carga. Vidas mudas, sin ruido, con mucho dolor y mas resignación. Míralos con profundo respeto y piensa: ¨ Ahí van dos
héroes¨ .Mucho mejores que los que salen en la tele y en los periódicos.
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