FILOSOFÍA DE LO ABSURDO
Son solo
quinientos metros de camino, chispa mas o menos, en el término municipal de
Villa Feliz. Inauguración propagandística, fotos rutilantes en las redes
sociales. En el inicio del camino, el regidor, postura imperial, rodeado de
alza colas, dando cuenta al personal de lo bueno que es y lo malos que son los
ausentes, la oposición, que no aportaron dinero
para hacer el camino. Quinientos metros que vuelven a hacerse presentes
en las redes sociales, al rato, en una nueva inauguración, esta vez al final
del camino, el mismo coñazo con un paisaje diferente, el mismo mensaje. Pasadas
las horas el bobo de la tribu, en todos lados hay uno, hace un discurso
laudatorio en las redes sociales del camino, esta vez con fotos desde el mismo
centro, machacando con las virtudes de la obra ciclópea ….de los mismos
quinientos metros, no necesitan abuela. Todos se acuestan ese día con el ego
por las nubes, el camino ha dado más jugo que las naranjas del Valle. Amanece
un nuevo día en Villa Feliz, los concejales hacen planes para ver lo que van a
inaugurar hoy. Aquí la tercera parte de la segunda papelera del paseo, allá un
letrero de las virtudes cívicas a cumplir por los ciudadanos junto con unos folletos de como respirar el aire puro
(la corporación se encargará de demostrar que es solo por culpa suya) y así una
serie de idioteces que ocupen todo el día, con el objetivo claro de que la
oposición no tenga espacio para maniobrar, restándoles a estos solo el derecho
al pataleo. Esto es gobernar y lo demás es tontería, pensará el alcalde cargado
de energía positiva, mientras los gobernados, usease los desgraciados que
soportan tanta ineptitud, se joden con la zona azul a razón de doscientos napos
la tirada. La policía del régimen peinando las zonas cómodas, arrimando yesca a
contribuyentes que puedan pagar las multas. Inútil patrullar por los barrios
conflictivos, allí no paga ni Dios, mejor en el centro, la gente tiene educación
y dinero. Inaugurar no debiera formar parte de la labor política, no se contribuye
al bien común cortando cintas, haciendo discursos laudatorios ni siquiera
izando banderas de ningún color, Villa Feliz necesita a gente que haga una
labor callada ,respetuosa con sus ciudadanos, dejando al margen todo lo que no
signifique el bien común. Las campañas electorales debieran de servir, afuera
aparte de insultar al contrario y prometer a fondo perdido (el nuestro), para
mostrarnos el paisaje ético de la política de cada candidato, garantizando su
entrega absoluta a la labor para la que se presentan. No recuerdo ninguna
promesa electoral que incluyera la
inauguración de caminos canales y balates como un objetivo social. Las acciones
de gobierno son su obligación, solo eso, inaugurar es éticamente reprobable,
por la vaciedad de la acción, lo bueno es hacer cosas, poner proyectos en
marcha y culminar actividades. El resto es broza, de aquellos cabos que
portaban los burros en la monda.
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